Vientos favorables / ZONA OESTE
7 de Julio de 2006
OPINIÓN - CHANY SEBASTIAN - Sólo un milagro puede salvar a nuestros pueblos de la extinción y, mal que le pese a muchos, los parques eólicos pueden y deben ser la alternativa para que nuestras gentes del medio rural puedan acceder a servicios como...
Extraido de La Opinión de Zamora
Hasta 1934 existió un municipio albarino llamado San Vicente del Barco (Santa Eufemia, Losilla y San Pedro). Fue incluso Marquesado, título que hoy ostenta la Duquesa de Alba, pero la necesidad de luz y progreso para otros lugares llevó a construir el Salto de Ricobayo que sepultó bajo las aguas sus mejores y malpagadas vegas: feneció San Vicente.
Aquel rapaz de cinco años, Dominguito, que tuvo que abandonar su inundado hogar, hoy con setenta y tres es alcalde de Santa Eufemia. Aprendió del error y junto a los ediles y vecinos ha negociado ahora muy bien la llegada de la energía eólica.
En 1950 Santa Eufemia contaba con 887 habitantes y hoy a duras penas tiene los 251 necesarios para mantener una corporación de siete ediles y un pobre presupuesto con que pagar los servicios básicos: saneamiento, agua y alumbrado público.
Sólo un milagro puede salvar a nuestros pueblos de la extinción y, mal que le pese a muchos, los parques eólicos pueden y deben ser la alternativa para que nuestras gentes del medio rural puedan acceder a servicios como comedores sociales o residencias de ancianos, inalcanzables para sus bajas pensiones.
Respetables son quienes luchan contra la contaminación visual de los molinos, sin embargo, hay que tener muy claro que la primera especie a apoyar y defender en el ecosistema son esos hombres y mujeres, cada vez menos, que en el sobreviven con orgullo, pero en desesperante agonía.
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