sábado, 14 de marzo de 2009

Los bajos niveles de hidrógeno y el exceso de aluminio, posible causa de la mortandad de peces en Valparaíso

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SANABRIA-LA CARBALLEDA
Los bajos niveles de hidrógeno y el exceso de aluminio, posible causa de la mortandad de peces en Valparaíso
La Confederación Hidrográfica abre expediente sancionador a la pizarrera de Boya y descarta que algas tóxicas provocaran la muerte de 3.000 peces.



Imagen de la manifestación vecinal organizada en febrero por la muerte de truchas ocurrida en el embalse de Valparaíso.

J. A. GARCÍA. Cional
Los bajos niveles de PH (potencial de hidrógeno) y concentraciones relativamente altas de aluminio registrados en el agua son las probables causas que provocaron la mortandad de peces en el embalse del Vaparaíso, descubierta el pasado 15 de febrero, según las investigaciones llevadas a cabo por la Confederación Hidrográfica del Duero.
La Confederación, además ha abierto un expediente sancionador a la explotación minera «por un vertido no autorizado de aguas ácidas sobre el terreno y el incumplimiento de condiciones de la autorización en zona de policía». No obstante precisa en cuanto al desastre piscícola «que la relación causa- efecto entre la explotación de la cantera y la mortandad de peces no está demostrada».
Subraya la Confederación que «la entrada en el embalse de Valparaíso de aguas procedentes del río Valdalla con un nivel bajo de pH y cargadas con concentraciones relativamente altas de aluminio (tóxico para los peces cuando se encuentra en aguas con pH bajo), es la causa más probable de la mortandad de peces».
Las investigaciones realizadas sobre las muestras de agua, recogidas en el embalse y en los ríos de los que se alimenta, «permiten determinar que la presencia de otros metales como el hierro y el zinc podría haber contribuido a la mortandad».
Por lo que respecta a las muestras de algas, analizadas en la Universidad de León, queda descartado que «la mortandad se produjera por la presencia en el embalse de algas potencialmente tóxicas».
La Confederación señala que «la mortandad no causó un daño medioambiental importante dado que la mayoría de los peces que aparecieron muertos, unos 3.000, eran de la especie invasora"perca sol"».
Las muestras de agua fueron recogidas los días 16, 17 y 23 de febrero en diversos puntos de los embalses de Valparaíso, Cernadilla y Agavanzal, pero también en el río Valdalla, en el arroyo Valdeboya y en el arroyo Los Prados.
Subraya el organismo de cuenca que «las causas más probables por las que se produjo el descenso de los niveles de pH en el embalse, junto con el aumento de las concentraciones de metales (fundamentalmente aluminio, hierro y zinc) apuntan a los cambios meteorológicos registrados durante los días previos a la mortandad, durante los cuales se experimentó un aumento significativo de las temperaturas unido a las lluvias registradas que se sumaron al deshielo en las cotas superiores. Todo ellos se reflejó en un aumento del caudal del río Valdalla, principal tributario del ramal del embalse en el que se produjo la mortandad».
Estas circunstancias provocaron que «el río, que ya de por sí transporta aguas ácidas debido a la naturaleza silícea del sustrato por el que discurre, pudiera ver reducido aún más su pH e incrementado el aporte de sólidos en suspensión (en parte procedentes de la explotación minera) y la concentración de metales».
La mortandad piscícola fue denunciada por los vecinos de Cional, que exigen una actuación de la administración que garantice la preservación de las especies autóctonas en el embalse de Valparaíso, un escenario fluvial cada día más escogido por sus valores piscícolas y recreativos.

Mayores concentraciones de metales aguas abajo de la mina

La Confederación igualmente considera «significativo», a la vista de los análisis, «que las muestras de agua del río Valdalla recogidas aguas abajo de la explotación minera que existe en la zona presentan unos niveles aún más bajos de pH y mayores concentraciones de metales que las recogidas en el río, aguas arriba de la mina».
No obstante, indica que tales datos «no son suficientemente significativos, por si solos, para establecer una relación causa-efecto inequívoca entre la explotación minera y la mortandad, ya que no se dispone de la información de lo que ocurrió en los instantes previos al episodio».
La Confederación dice desconocer «en qué medida pudo contribuir a la mortandad la escasa renovación del agua del embalse de Valparaíso, sometido a explotación hidroeléctrica, y que desde el 30 de enero al 19 de febrero tuvo como aportación principal la procedente del río Valdalla al no desembalsarse agua del embalse de Cernadilla (alimentado por el río Tera cuyas aguas tienen un pH normal)». Señala que «está demostrado que la cantera acidifica el agua del río e incrementa la concentración de algunos metales pero no es posible determinar si ello se ha producido en la cuantía suficiente como para haber causado, por sí sola, la mortandad».

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