SANABRIA-LA CARBALLEDA (Fuertes precipitaciones en el noroeste zamorano)
El temporal de lluvia corta carreteras, inunda viviendas y provoca grandes crecidas en los ríos
La borrasca, con 117 litros de agua por metro cuadrado en Puebla, obligó a decretar el nivel 1 de alerta y las riadas arrastraron árboles, puentes y huertas
IRENE GÓMEZ/JAVIER VENTURA
Extraido de La Opinión de Zamora.
La tromba de agua que descargó durante la noche del martes al miércoles en la comarca de Sanabria-La Carballeda ha dejado un saldo de inundaciones, carreteras cortadas y grandes crecidas de ríos y arroyos, cuyo cauce no daba a basto y arrastró en muchos casos árboles, ramas y todo lo que encontraba a su paso. Fue una noche de miedo para vecinos de muchos pueblos de la comarca, que se mantuvieron en vela temerosos de acabar arrastrados o atrapados por la fuerza de las aguas que en Puebla de Sanabria alcanzó 117 litros por metro cuadrado en veinticuatro horas, casi el doble que en Villardeciervos, donde se registraron 53 litros.
La Junta activó el nivel 1 del Plan de Protección Civil debido a las inundaciones producidas en algunos pueblos, y a lo largo del día el Servicio de Emergencias 112 gestionó numerosos avisos relacionados con inundaciones y desbordamientos, procedentes de Puebla de Sanabria, Ribadelago, Vigo, Santa Eulalia, Rihonor, Trefacio, El Puente y Porto.
De la red autonómica sufrieron cortes las carreteras de Lubián y Porto por los arrastres derivados de las lluvias. En el caso de Porto se desprendió parte del carril y, aunque está señalizado hasta que se repare, se recomienda circular con precaución. También hubo problemas en la vía de Puebla a Ribadelago y de Ungilde a Rihonor de Castilla. En la red provincial se cortaron cuatro tramos de la carretera de Rosinos a Santiago de la Requejada debido al agua embalsada en la calzada y a la caída de un árbol. También se produjo un socavón a la entrada de Rábano de Sanabria y existieron problemas de desbordamientos y arrastre de gravilla en puntos concretos de las carreteras de Campillo-Valdeperdices-Almendra, Fonfría-Carbajales de Alba, Zamora-Puente de Manzanal y Cubillos-Moreruela de los Infanzones, según informó la Diputación Provincial.
El pueblo que peor lo pasó fue el fronterizo de Rihonor de Castilla, donde se inundaron diez viviendas por desbordamiento del río Fontela y siete vecinos tuvieron que autoevacuarse en otras casas. Ríos y arroyos como el Tera, Castro y Candanedo en Puebla, el Trefacio en el pueblo homónimo, el Forcadura en Vigo y el Segundera en Ribadelago, además de la crecida en el propio Lago de Sanabria, salían de su cauce y anegaban viviendas, huertas y choperas sin que los vecinos pudieran hacer nada por evitar la situación.
En Puebla de Sanabria, localidad en la que cayeron 117 litros durante la noche del martes que equivalen a la tercera parte de los 400 litros que caen en la capital zamorana durante todo un año, el río Tera, que ya traía mucha agua desde Castellanos y el Puente de Sanabria, anegaba toda la chopera y se acercaba a las paredes de las casas y el chiringuito situado en el Barrio de San Francisco. Trescientos metros aguas arriba del puente de este barrio, el río Castro, procedente de la Alta Sanabria, inundaba huertos e invadía choperas con su impresionante caudal antes de fusionarse y añadir aún más fuerza a las embravecidas aguas del Tera. También el arroyo del Pontón o Candanedo, procedente de Lobeznos, que generalmente no pasa de ser un pequeño hilo de agua, aportaba más agua al gran río sanabrés después de haber anegado los huertos situados bajo el cuartel de la guardia civil de la villa sanabresa. El represamiento del Tera, nada más pasar la chopera, no impedía que algunas de las obras de restauración y mejora del tramo urbano de este río a su paso por Puebla sufrieran las embestidas del agua, arrollando árboles recién plantados y cubriendo bancos y diverso mobiliario urbano.
Igualmente en Castellanos, entre Puebla y El Puente, una casa situada en un antiguo molino, junto a la chopera y la presa del río Tera, resultó inundada por las aguas, sufriendo diversos desperfectos en la parte baja de la vivienda. En Sejas de Sanabria la fuerza del agua arrancó la barandilla del puente, anegó los caminos; y en Lanseros, del mismo Ayuntamiento de Manzanal de los Infantes, quedaron incomunicados los dos barrios al levantarse el asfalto de la carretera.
También los enlaces de algunos pueblos alejados como Rábano de Sanabria presentaban serias dificultades, impidiendo a algunas personas abandonar la localidad para dirigirse a sus puestos de trabajo, al igual que ocurría en la parte vieja de Ribadelago, con complicaciones, salvo en todoterreno, para dirigirse hacia el pueblo nuevo y abandonar la localidad.
La abundancia de lluvias ha originado importantes crecidas en los ríos, como en el caso del Negro que estaba «enfurecido», en palabras del jefe de Protección Civil de la Subdelegación del Gobierno, Santiago García Calles, lo que llevó a solicitar a Iberdrola la apertura de la presa de Agavanzal para mantener un margen de seguridad y dar cabida a las lluvias que pudieran caer en las próximas horas.
La previsiones meteorológicas apuntan a un alejamiento de las precipitaciones, a pesar de que ayer se mantuvieron las lluvias persistentes. Sin embargo se activó el nivel naranja de vientos con rachas de hasta 80 kilómetros por hora en la comarca de Sanabria y de 60 kilómetros en otros puntos de la provincia.
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