TRADICIONES POPULARES (Concentración internacional antruejos en Portugal)
Diablos de quita y pon
Oporto se rinde ante el colorido y variedad de las mascaradas de Riofrío, Villarino Tras la Sierra, Sanz
oles, Pobladura, Villanueva de Valrojo, Ferreras de Arriba y Montamarta
La emblemática y bella ciudad de Oporto, sus vecinos y sus turistas, se rendían en la tarde del pasado sábado a las raíces más puras de la identidad tradicional hispanolusa.
La alegría, la cultura y el magico colorido, aderezado con el ruido de cencerros y los endiablados gritos de "esperanza", lograron impregnar sus calles. Fueron las mascaradas de invierno zamoranas junto a las trasmontanas y las gallegas de Orense. Nuestros pueblos ven mermar a su población de niños y jóvenes pero aún así se niegan a dejar perecer los valores heredados de sus añorados antepasados.
CHANY SEBASTIAN
Publicado en La Opinión de Zamora
Oporto.- Eran las cinco de la tarde, hora española, cuando dio comienzo la mayor concentración mundial de antruejos y obisparras, también conocidas como fiestas de San Esteban, de "Los Rapaces", de "Natal", Año Nuevo, Reyes y San Juan o San Joao, dependiendo de que lugar.
El atractivo e innovador evento "Mascaradas Ibéricas" estuvo organizado por la Asociación para la Promoción, Gestión y Desarrollo del Turismo Portugués (Progestur) que preside y dirige Hélder Rui Ferreira y mentor de la idea. Nacido en Lisboa, es fotógrafo profesional desde 1980, dedicado inicialmente a la arquitectura, hasta que se quedó prendado de las fiestas tradicionales. En España colabora con él Bernardo Calvo Brioso, Maestro de Enseñanza Primaria y Diplomado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca.
Desde tierras zamoranas se desplazaron dos autocares con los vecinos que representaron a "Los Carochos" de Riofrío, "La Obisparra" de Pobladura y "El Pajarico", "Los Caballicos" y "Los Zamarrones" de Villarino Tras la Sierra (Aliste); los "Carnavales de Cencerros" de Villanueva de Valrojo y "La Filandora" de Ferreras de Arriba (La Carballeda), el Zangarrón de Montamarta (Tierra del Pan), y el Zangarrón de Sanzoles (Tierra de Vino).
Riofrío aprovechó la ocasión para distribuir material divulgativo sobre la Fiesta de Interés Turístico Regional de Castilla y León de "Los Carochos". Por su parte "Los Diablos" de Sarracín no pudieron acudir al coincidir con la fiestas patronales de San Miguel y "Los Cencerrones" de Abejera de Tábara, recuperados recientemente han preferido cumplimentar el proceso de su vuelta antes de exhibirse fuera. José Antonio Alvarez, alcalde de Villarino, que allí desfiló, calificó el encuentro de «magistral y muy bien organizado».
A falta de chavales, abuelos
Las mascaradas de invierno eran antaño cosa de los mozos, sin embargo los tiempos han obligado a los pueblos a agarrarse a un clavo ardiendo para salvar la tradición a causa del descenso de la natalidad y la emigración que han traído como consecuencia un decrecimiento vegetativo donde, en una población envejecida, los jóvenes brillan por su ausencia. Un claro ejemplo está en Villarino Tras la Sierra, antaño un pueblo importante, con Ayuntamiento propio, integrando a Latedo y Santa Ana, hoy perteneciente él a Trabazos. En 1910 tenía 262 habitantes, en 1996 ya se había bajado a los 94 y hoy a duras penas se rondan los 70. Ello no fue impedimento para que ayer sus gentes viajaran a orillas del Atlántico para salvar su cultura, seis actores, de ellos algunos casados y jubilados entre 58 y 64 años. José Antonio Alvarez Fernández y Prudencio Diez Fernández dieron vida a los dos Zamarrones, acompañándoles Jacinto Ríos Ratón como "Limosnero"; Julito Rivas Manías y José Manías Devesa fueron los Caballicos y Melchor Gago Diez el Pajarico. Su actuación fue especial no en vano estrenaban, tras muchos años perdida, la indumentaria tradicional a base de piel de chivo y cuernos de cabra, cuero de vaca, corcho y lino, con los clásicos cencerros artesanos de cobre adquiridos en tierras portuguesas, gastos sufragados por el Ayuntamiento de Trabazos que ya ha declarado el 26 de diciembre fiesta local para que el pueblo sea la cuna del jolgorio popular de la Raya.
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